sábado, 23 de octubre de 2010

Otra improvisación

Apareció en nuestro banco del parque justo a la hora acordada. ¡Siempre era tan puntual!.
De los cuatro años que llevabamos juntos como pareja nunca había llegado tarde a una cita. Cierto era que yo tampoco me retrasaba en nuestros encuentros, y aquel día no iba a ser menos.

- Hola, ¿que tal ?
- Aquí andamos, ¿te parece que nos quedemos en este banco o prefieres caminar?
- Prefiero quedarme aquí.

El lugar era precioso. Lleno de arboles que casi tocaban el cielo. Era otoño, y las hojas se repartian por el suelo. Éste estaba humedo, puesto que las primeras gotas del comienzo de la estación ya habían hecho su aparición. El olor a cesped mojado era intenso. Por eso decidi quedarme allí, rememorando todo, recordando cada minuto, cada segundo de aquel encuentro.
Intenté hacer una fotografía, su cuerpo, su cara, su pelo.... su expresión, para así poder recordar durante el resto de mi vida.
-Siempre has sido muy nostálgica.- Me dijo rompiendo nuestro silencio.
- Lo se. Pero creo que eso nunca ha sido un problema...
-No, pero me gusta que hayas elegido este sitio, el lugar donde nos conocimos por primera vez.

Me cojio de la mano y me sonrío. La acarició durante algunos segundos, mientras a nosotros se nos acababan las palabras amables.
-Sabes porqué estamos aquí ¿verdad?
- Si, ¿y qué?.
- Creo que es hora de...

Se acercó a mi, lentamente, sin prisa, como si el tiempo no corriera, como si no hubiera nada más. Se acercó y con sus labios rozo los míos. Un beso de reconocimiento se podría llamar.
Abrió mas sus labios, y su lengua recorrió mi boca, como si tuvieramos quince años y aquel fuera nuestro primer beso.
Le respondí. Y con mi mano acaricié su pelo y su cuello. Palpando cada milimetro de piel, recorrí su espalda.
Aquello era tan fácil . Perderme en su olor, volver a acariciar todo su cuerpo, sentir el suyo, abrazarlo para no dejarlo escapar...
Nos separamos poco a poco, como quien teme perder el calor cuando estas en una habitación fría.
Y me gire fingiendo observar a unos niños en el otro extremo. Aquello se estaba volviendo complicado.
Cuando volvi a mirarlo él estaba observandome, sin pestañear, serio, esperando a que yo dijera algo.
-Esto se acaba- Dije rápidamente.
- Lo se.
- Me imagino que, no nos podremos ver por un tiempo¿verdad?
-Tal vez, creo que sería lo mejor.
-Bueno, pues, es el fin. Y si todo está ya dicho, mejor me voy.
- No, quedate un rato mas. Cuanto nos alejemos de aquí todo habrá acabado de verdad. Lo nuestro quedará en el olvido, y estos cuatro años seran como si nunca los hubiesemos vivido.
- No es verdad. Se acaba solo una parte de nosotros. Pero el resto puede continuar existiendo.
Es algo que perdurará en nuestras memorias. Tú, cariño, fuiste una persona muy importante para mi vida, durante ese tiempo lo fuiste. Y como tal, formara parte de mi historia. Debemos prometernos eso ¿vale?. Que pase lo que pase, nunca nos olvidaremos del otro.
- Entonces, si somos tan importantes el uno para el otro, ¿por qué lo dejamos? ¿Porqué no continuamos como estamos?
- No, no lo hagas mas dificil.
-¿Dificil? ¿dificil? Joder, entonces explicame porque narices estamos haciendo esto.
- No te quiero.
- ¿Como dices?
- Que no te quiero, ni tu tampoco a mí.
-Eso es una estupidez.
-¿Estupidez? ¿De veras? Lo que sentiamos se acabó. No nos queda nada, lo sabes perfectamente, hemos tenido mucho amor en estos años, pero ahora ya no. Es así.
Ambos lo notamos, no existe pasión alguna, ya no nos alegramos al vernos, la excitación para quedar ha desaparecido, y ni siquiera tenemos una conversación fluida.
- Pero...
- Sí, se que sientes que todavia me quieres. Pero no es así. Antes yo era la chica mas guapa para ti, y sin embargo, la costumbre y el tiempo nos ha afeado. Lo se, no hace falta que me digas nada para excusar. Yo hace tiempo que ya no te encuentro tan atractivo.
- Supongo que es verdad. Pero es duro pensar que se ha acabado, de veras, ¿no te cuesta nada toda esta situación?.
- Sí, me duele mucho. Pero mas nos dolería si alargaramos esto mas tiempo. Un día despertaríamos y nos dariamos cuenta que hemos desperdiciado nuestra vida al lado de otro ser que nos dejo de querer hacia mucho. Y por eso, nos despreciaremos, y luego al otro, y luego la convivencia sera cada vez mas insoportable, y finalmente acabaremos por odiarnos. ¿Eso es lo que quieres?.
- No, no deseo odiarte jamás. Y aunque tuvieras a otra persona ahora mismo tampoco te podría odiar.
-No, no tengo a nadie. Esto no ha sido por culpa de terceras personas. Esto ha sido culpa nuestra, que hemos dejado que se consumiera lo que teníamos.
-Está bien, pues entonces me voy llendo ya. Pronto anochecerá. ¿Quieres que te acerque a casa?
- No, no te preocupes, yo me voy en la otra dirección.

Nos levantamos del frío banco. Él me volvió a sonreir. Me miró a los ojos, y supe que ese era el ultimo adiós, el definitivo. Luego se fue alejando, alejando, hasta que se convirtió en un borrón en las proximidades del parque.
Yo me aleje de aquel banco, de aquel lugar, caminando despacio, contando mis pisadas por última vez, y una lagrima, que precedió a las demás, recorrió mi mejilla acabando en el húmedo suelo de aquel parque.

No hay comentarios: