domingo, 1 de noviembre de 2009

Una historia imposible.

Querido amigo mío:
Hoy te he vuelto a ver. En el metro he vislumbrado tu sombra bajar por las escaleras y, cuando has doblado la esquina sabía que eras tú.
Caminabas como siempre. Con el paso lento, apesadumbrado, como si quieras evadirte de todo lo que te rodea.
Tus cascos siempre a todo volumen, Queen sale de ellos todas las mañanas para invadir el silencio de aquel transporte bajo tierra.
Sin embargo ayer ocurrió algo especial: levantaste la vista y me viste.
Sonreíste mientras yo lo hacía también y por una milésima de segundo he fantasee con haber visto en tu mirada un brillo especial. Algo que no había vislumbrado antes.
No sé si te lo he contado ya en otras ocasiones, pero suelo fantasear muy a menudo.
Imagino que un día, al subir a ese metro , te sientas a mi lado, me preguntas mi nombre
y me invitas a un café.
Pero sé que eso nunca va a ocurrir.
Tal vez nunca más vuelva a verte, ni vuelva a ver tu sonrisa perfecta entre toda la gente.
Si supieras que podría diferenciarte entre tantas personas....
Si supieras que llevo así por tí, desde la primera vez que te ví...
Hoy ha sido todo distinto: ya no caminabas de forma lenta, ni triste, no llevabas los cascos puestos al máximo, y ni siquiera me miraste.
Hoy has reido como nunca, tus carcajadas han sonado fuerte, símbolo de que eres feliz.
Estás acompañado por una chica.
Jamás podrás ser mío.
Este sentimiento es algo imposible, es, una historia imposible.

No hay comentarios: