domingo, 7 de diciembre de 2008

Cuento (3 Parte )

Tras separarse lentamente y volverse a mirar a los ojos, sus corazones, que latían apresuradamente, les delataban.
La reacción de Dafne fue la de girar la cabeza y levantarse de la silla.
La reacción de él fue la de quedarse quieto, sin saber que hacer frente a los movimientos bruscos que ella hizo a continuación.
- ¿Porque lo has hecho ?- Preguntó la fémina.
- No me digas que no te ha gustado, porque no se te notaba en absoluto.
-... no.... no es eso.. es.... que.. ¡no puede ser !
- ¿No puede ser el qué?
-¿No lo entiendes ? . Yo soy tu abogada, no puede pasar nada entre nosotros.
- No lo entiendo..
- Claro que no, no entiendes nada. ¡nada !
Se giró y se volvió hacia la puerta del bar. Caminó unos pasos, cuando de repente sintió la mano de Ángel sobre la suya.
- No te dejaré escapar tan fácilmente- Dijo él con gesto serio.
Al salir a la calle, el mundo que miraban era tan distinto. La vida no era ni rosa, ni negra, era un especie de color intermedio que no les dejaba disfrutar del momento, y no les dejaba estar hundidos en la tristeza.
Ahora que se habían encontrado, no querían dejar escapar lo que tenían en frente. Sin embargo, el deber le decía a ella que haber tenido una cita con aquel chico estaba mal.
Caminando cogidos de la mano , sin saber porqué, tal vez era debido a que el otro era una especie de red de seguridad que ayudaba a amortiguar el golpe que se iban a llevar.
- A todo esto no hemos hablado del caso..
- Sí bueno, yo sé que harás todo lo posible para que no me pase nada, para ganar..
- Ángel..... yo..
-Shhh
Posó su dedo en su boca, y con sólo sentir de nuevo el tacto de sus labios sintió un escalofrío que le recorrió entero.
En ese instante, se acercó mas a ella, la agarró fuertemente y la atrajo para sí.
Sus miradas bajaron hasta los labios del otro y poco a poco sus bocas se acercaron.
Sus ojos se cerraron de nuevo, pero esta vez a ella no la cogió de sopresa y el deseo pudo mas que el deber. Lo besó con pasión, mientras su lengua recorría cada espacio disponible.
Él no daba muestras de sorpresa alguna, es mas, la incitaba para que siguiera con aquello.
A la mañana siguiente, Dafne se despertó y lo vió.
Ángel dormía plácidamente a su lado, boca a bajo, su espalda descubierta, y la sábana, aunque transparente, no dejaba ver casi su parte trasera.
Se levantó sin hacer el menor ruido y se dió una buena ducha.
Cuando regresó al dormitorio, lo encontró en la cama con el desayudo hecho en una bandeja.
-Mira...
-Antes de que digas que lo sientes.., que sepas que ¡yo no!.
-No iba a decir eso, iba a decir que me voy al trabajo corriendo. En el armario del baño tienes toallas por si te quieres bañar y...
-Tranquila, lo sé. Mañana tenemos la vista preliminar antes del juicio, ¿te parece si quedamos antes ?
-Está bien, mañana.- Le respondió con una amplia sonrisa y con la mirada llena de felicidad.
Al día siguiente, en el despacho de Dafne, la espera del reencuentro se le hacía eterna.
Y cuando lo vió aparecer por la puerta se abalanzó sobre él besandole con frenesí.
Se abrazaron con fuerza, para que nunca más se volvieran a separar.
En ese momento apareció el jefe de la chica, y sorprendido al principio pero enfadado después, le recriminó a su subordinada esos gestos. Y con una ira que lo hacía irreconocible se fue dando un portazo.
A todo esto, la pareja se había separado, y ella aterrorizada por las posibles consecuencias a ese descubrimiento se alejó de su enamorado y corrió detrás de su jefe.
Ángel no hizo nada. Se quedó petrificado al sentir el frío que le dejó Dafne al marcharse.
Tuvieron varias discusiones por ese momento tan tenso. Ella decía que no podía permitirse perder el trabajo, y él exclamaba que su amor estaba por encima de todo.
Las cosas no iban bien para la pareja, y parecía que la situación no iba a mejorar.....

No hay comentarios: